martes, 27 de septiembre de 2016

Los Red Sox hacen "click".


Boston ha tenido muy buena pinta durante toda la temporada, pero el equipo no terminaba de despegar. Cuando el ataque funcionaba el pitcheo era un desastre. Cuando los abridores conseguían dejar al rival en dos o tres carreras los bateadores no producían nada. Por no hablar de la película de terror que fue el bullpen en agosto, cuando un final apretado se traducía irremediablemente en una derrota de los Red Sox.

Ha sido en septiembre, en el momento en el que todo se decide, cuando las piezas han encajado perfectamente. Ha sido el propio fluir de la temporada, con sus sorpresas, sus lesiones y sus decepciones, el que ha ido colocando todo en su lugar.

En el último mes de competición los Red Sox han dado un puñetazo encima de la mesa. Lo que parecía que iba a ser un final de temporada apasionante en la AL Este ha quedado algo descafeinado por el ritmo infernal de Boston. Una racha de once victorias consecutivas y un balance de 18-5 ha dejado prácticamente sentenciada la división. De hecho los de Massachusetts solo necesitan una victoria más (o una derrota de los los Blue Jays) para garantizarse el primer puesto.

La rotación fue el primer gran quebradero de cabeza de la temporada. Más allá de Porcello y Wright había un erial. Afortunadamente Price ha acabado adaptándose, Rodriguez ha vuelto a encontrar su ritmo tras la lesión y el fichaje de Pomeranz ha dado la profundidad necesaria. ¡Hasta Buchholz ha dejado buenas sensaciones últimamente!

A pesar de la lesión de Wright Boston tiene un cuerpo de abridores de lo más solvente de cara a los playoffs. Evidentemente Porcello y Price son los dos brazos estrella mientras que Rodriguez parece a día de hoy el tercero en discordia. Un Pomeranz que ha llegado algo cansado al final de año se quedará como número cuatro.

En el lineup hubo un movimiento especialmente acertado por parte de Farrell. El despertar de Betts como slugger hizo que a mediados de agosto se le moviera de la primera a la cuarta posición en la línea de bateo. Su lugar como leadoff fue ocupado por Pedroia, que desde ese momento está bateando para .373.

Los problemas en el jardín izquierdo han quedado solucionados gracias a un joven e ilusionante Benintendi y Hanley ha recuperado en la segunda mitad de la temporada un poder que parecía desaparecido. Además Holt y Young se han convertido en dos suplentes de lujo que siempre cumplen.

En el puesto de catcher León parece haberse echo con la titularidad por su aseada defensa y su espectacular aportación ofensiva. Aunque es cierto que el salto defensivo que el equipo tienen con Vazquez puede hacer que el puertorriqueño vuelva a asumir protagonismo en octubre.

Cuando el problema de la rotación parecía resuelto y el lineup funcionaba a la perfección el bullpen colapsó. En agosto el papel de los relevistas de Boston dejó mucho que desear. A la lesión de Carson Smith hubo que unir la baja de Uehara, la decepción de Abad y Tazawa y el mal momento de Hembree, Ross y Barnes. Además por alguna razón que solo él sabe Farrell redujo las apariciones de Ziegler hasta el ridículo.

El bullpen tuvo en agosto un ERA de 4.70 y fue "responsable" de nueve derrotas. Saltaron las alarmas y muchos hablamos de lo mal que los Red Sox se manejaban en los finales apretados.

Ha sido llegar el mes de septiembre y todo ha cambiado. Ha vuelto Uehara, Barnes y Hembree han resucitado, un Joe Kelly desahuciado ha encontrado en el bullpen un lugar en el que ser productivo y Farrell ha decidido usar a sus brazos de reserva con algo más de cabeza. En este último mes los relevistas de Boston tienen un ERA inferior a uno y un WAR de 1.6, el mejor de las Mayores junto al de Astros, Mets y Braves.

Los Red Sox son ahora el coco de la Liga Americana y el máximo favorito para medirse con los Cubs en unas Series Mundiales que tendrían mucho morbo. Esperemos que todas las piezas que llevan buscando su sitio desde mayo y que finalmente lo han encontrado en septiembre no se descoloquen demasiado rápido.

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