De Joe Kelly se ha dicho de todo en los últimos años. Desde que es un futuro ganador del Cy Young en potencia hasta que es un inútil al que a duras penas se le puede encontrar un hueco en el bullpen. Ni tanto ni tan calvo.
La temporada pasada fue en términos generales mala (por momentos horrorosa). Kelly decepcionó y estuvo incluso peor de los que decían las proyecciones más pesimistas. Lanzó 134.1 entradas para un ERA de 4.82 y un FIP de 4.18. Su ERA- fue de 115, es decir que su rendimiento fue claramente inferior al de la media de la competición. No obstante su SIERA no fue tan mala como podría esperarse, 4.23.
El gran problema de Kelly fue aquello que lo ha hecho profesional, su velocidad. El año pasado su sinker, lanzamiento al que recurrió en un 57% de sus visitas a la lomita, tuvo una media superior a las 96 mph. Algo al alcance de muy pocos abridores. Su error es que fió todo a la potencia del lanzamiento, perdiendo control y colocación.
En un 37% de las veces que el pitcher recurrió al lanzamiento este acabó siendo bola, mientras que tan solo en un 25% de las ocasiones supuso strikes. Como vemos fue un pitch tremendamente improductivo que dio muchas facilidades a los bateadores, que solo abanicaron sin contacto en un 3.69%. Además permitió ser bateado con un promedio de .293. Lo único positivo es que con este lanzamiento Kelly no concedía cuadrangulares, solo un 0.44% de las bolas acabaron en las gradas. Es lo que tiene lanzar bombazos de más de 96 millas, te lo podrán pegar, pero sacarlo del estadio es más complicado.
En el arsenal de Kelly (tan completo como improductivo) encontramos también la bola de cuatro costuras (usada un 8.5%), la changeup (11.1%), la slider (14%) y la curva (9.3%). Todos estos lanzamientos, incluyendo la antes mencionada sinker, tuvieron un pitch value negativo, exceptuando la change, que "gozó" de un discreto wCH de 1.8.
Como ya hemos comentado el gran problema de Kelly fue la colocación. El 56.2% de sus lanzamientos se perdieron fuera de la zona de strike, condenándolo a un espantoso BB/9 de 3.28. Además cuando estos iban dentro de la zona acababan en áreas muy favorables a los bateadores, que conseguían contacto en un 91.4% de las ocasiones.
Pero el bueno de Kelly es capaz de lo peor y lo mejor. Cuando estaba totalmente perdido y el bullpen parecía el único lugar en que aprovechar su potente brazo se sacó un mes y medio de mucha calidad.
Después de unas cuantas aperturas en las Menores volvió centrado y entre primeros de agosto y mediados de septiembre sorprendió con siete buenos partidos antes de irse a la DL. Redujo la velocidad de sus lanzamientos y recurrió más a la chageup (16%) y a la slider (20%) para conseguir un ERA de 2.35.
Parece que durante el invierno y el Spring Training Kelly ha estado trabajando en esto último: perder millas para ganar control. "Se trata de intentar encontrar el término medio", comentó hace unos días. "El momento oportuno en el que toca sacrificar velocidad y ganar colocación."
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