Serie 10 at Twins.

5 mayo at Twins. L 3-4.
6 mayo at Twins. W 11-1.
7 mayo at Twins. W 17-6.

Una de las cosas más maravillosas del béisbol es que el hecho de que haya partidos prácticamente todos los días hace que las sensaciones que se tienen sobre un equipo cambien radicalmente en cuestión de horas. Los Red Sox llegaron a esta serie en plena crisis ofensiva. No le hacían una carrera ni al arcoíris. Todo ha cambiado en apenas 48 horas.

El primer partido despertó ciertas ilusiones, pero acabó siendo la derrota más dura de la temporada. Después de ir perdiendo desde la primera entrada los Red Sox consiguieron igualar el choque en la parte alta de la novena. La alegría duró lo que Farrell tardó en poner a Barnes en la lomita (en vez de a Kimbrel) para que Mauer pegara un walk off homer.

En los dos partidos siguientes la ofensiva de los Red Sox estalló. Boston llevaba 110 carreras y 19 homers en los 29 encuentros anteriores, en estos dos se fue hasta las 28 carreras y los 8 cuadrangulares.

Benintendi y Bogaerts son los dos bates más en forma de los Red Sox a día de hoy.

Porcello volvió a certificar que sus tres primeras aperturas fueron una anomalía. En la victoria del 6 de mayo lanzó seis entradas de calidad y ya acumula una efectividad de 1.69 en sus últimas cuatro apariciones. Pero la gran noticia del fin de semana, más allá de la irrupción de los bates, ha sido descubrir que Sale es humano. El quinto inning del último partido se le cruzó y consintió cuatro carreras. Aún con esto lanzó su sexto partido consecutivo con 10 o más strikes, una gesta que le coloca en un selecto grupo en el que están (agárrense los machos) Pedro Martinez, Nolan Ryan y Randy Johnson.

De momento la temporada de los Red Sox está siendo un poquito gris. Muchas lesiones, el quebradero de cabeza en la tercera base, una ofensiva que no termina de funcionar y una cantidad exagerada de errores tontos en el infield. Aún con esto Boston tiene las mismas victorias que Dodgers e Indians y este a solo tres partidos de ese equipo de Nueva York del que todo el mundo habla.