miércoles, 26 de julio de 2017

Un equipo acomplejado y sin alma.

La reciente macarrada cometida por David Price sobre Dennis Eckersley no me parece demasiado relevante. Ya sabemos como se las gasta el pitcher zurdo. Es un buen jugador con ínfulas de estrella que pese a no tener ningún pudor en firmar un contrato por más de 200 millones de dólares parece no entender la presión y responsabilidad que eso acarrea. Sus broncas con la prensa de Boston ya so bien conocidas y sobre su último numerito ya se ha hablado mucho. Si hay algún despistado que lea el artículo de Dan Shaughnessy.

David Price en el Spring Training.

Insisto, el comportamiento de Price ni me va ni me viene. Si es un macarra y un ignorante me parece muy bien. Lo verdaderamente sorprendente es la reacción del resto de jugadores, entrenadores y directivos que iban en el avión. Después de que Price increpara a Eckersley, de una manera bastante infantil dicho sea de paso, nadie movió un dedo. Farrell no sabemos donde estaba, quizás en el baño. Dombrowski debía de estar valorando posibles trades. Ninguno de los dos, que son las cabezas visibles del vestuario y de la organización, dijeron está boca es mía.

Lo de los jugadores es todavía más grave. Parece ser que un grupo (no sé saben nombres ni cantidad exacta) llegó a aplaudir a Price. Como una corte de descerebrados que jalea al matón del instituto cuando se mete con un chico de un curso inferior.

Que Price, que no lleva ni dos temporadas en la organización, haga esto sin que nadie (ni siquiera Pedroia) le llame la atención preocupa. Un tío que no conoce la idiosincrasia del equipo ni de la ciudad y que parece haber dicho que no le gusta Boston ha ocupado el espacio dejado por David Ortiz. Un espacio que quedó vacío este invierno y que parece que nadie ha querido, podido o sabido ocupar. Y no estoy hablando de un vacío en lo deportivo. Hablo de ser el alma del equipo.

Los Red Sox llevan todo el año demostrando cierta indolencia en el campo. Parece que esa indolencia también existe en el clubhouse, donde no hay un líder (dudo que Price lo sea y Farrell desde luego que no lo es) que de un puñetazo sobre lo mesa cuando el equipo juega mal o que le calle la boca a Price y le diga que ese tío al que está ofendiendo es un Hall Of Fame.

 Eckersley es aplaudido por Fenway Park.

Esta apatía y no saber comportarse del vestuario nos retrotrae al incidente que se produjo entre Pedroia y Machado a finales de abril. Ese absurdo momento en el que Pedroia le decía a Machado que él no quería venganza pero que alguien había decido pegarle un bolazo. En Baltimore no daban crédito a lo sucedido y clamaban contra Pedroia por no saber controlar a sus chicos. Lo dicho, este equipo no tiene alma.

Se imaginan lo que le hubiera pasado a Price si hubiera echo sus comentarios en un avión donde estuvieran Lester, Lackey, Ross, Gomes o cualquiera de los campeones del 2013. Se lo hubieran comido.

Esto nos lleva a otra cuestión. Los Red Sox no son solo un equipo sin alma, sin líder y que parece que no sabe por qué está luchando. Además son un grupo muy sensible que no encaja demasiado bien las críticas de la prensa. Thin Skin, que dirían los anglos.

Parece que todo este affair entre Price y Eckersley se origina con motivo de un comentario sobre el mal rendimiento de Eduardo Rodríguez en una apertura de rehabilitación en las Menores. Price se tomo la apreciación de Eckersley muy a pecho y decidió defender a su chico. ¿De verdad que este equipo no tiene nada mejor que hacer que ver lo que el Menganito de turno de la prensa ha dicho del jugador Fulanito?

Desgraciadamente esto no es la primera vez que ocurre. Parece que hay jugadores que conocedores del poder de John Henry, dueño de los Red Sox, del Liverpool, del Boston Globe y de NESN (cadena que emite los partidos de los Red Sox en Nueva Inglaterra), se han quejado del tratamiento que les da la prensa. Tratamiento que no va más allá de críticas sobre su rendimiento deportivo.

Como anécdota un poco tonta pero que ilustra bien el poco encaje de algunos miembros del roster decir que son muchos los periodistas de Boston que se quejan de ser bloqueados en Twitter por determinados jugadores. Un aplauso para ellos, luego emitirán sus comunicados vía Twitter y nadie se enterara de lo que cuentan.

Vuelvo al grupo del 2013, al del 2007 o al del 2003. Para ser campeón no hay que estar acomplejado. Se imaginan a Wakefield, Varitek, Manny, Papelbon o Beckett perdiendo dos segundos de su tiempo en quejarse de algún comentario de la prensa.

Hace unos días dije que veía a este equipo llevándose la división por tener un poquito más de resilencia que Yankees y Rays y por estar menos maduros que Blue Jays y Orioles. Ahora mismo dudo mucho de ello. Como no se pongan a jugar al béisbol no van a ir a ninguna parte. Que se olviden de Price y de sus Jordan e imiten a Chris Sale.

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