viernes, 28 de julio de 2017

Serie 26 at Mariners. Sale y poco más.

24 julio at Marines. L 0-4.
25 julio at Marines. L 5-6.
26 julio at Marines. W 4-0.

Estamos cansados de escuchar eso de "locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes". Una frase tan acertada como manida y que suena a topicazo. Pero es lo que está haciendo la ofensiva de los Red Sox.

No soy ni jugador profesional, ni entrenador de bateo, ni nada que se acerque. No sé que está fallando en el ataque de Boston. Tampoco sé como arreglarlo. Pero hay algo que no está funcionando y los interesados le deben buscar soluciones. Todos los bateadores están experimentando una bajada acusada en su aportación. Los cinco jugadores que más han participado en los dos últimos años, Betts, Bogaerts, Pedroia, Bradley y Hanley, han visto como su wRC+ en 2017 dista mucho del registrado en 2016.

Ante los Mariners volvimos a ver las dificultades por las que este equipo pasa para anotar. El problema es que quieren jugar a algo para lo que no están preparados: pegar home runs. Cuatro de las nueve carreras que anotaron los Red Sox en estos tres partidos llegaron vía cuadrangular. Esto no es necesariamente malo, pero no debe ser el recurso anotador principal de una plantilla que está en el Top 5 de equipos con menos isolated power y slugging de la MLB.


Si Boston está sacando partidos adelante es gracias a Chris Sale. Desde el All Star Sale ha lanzado 20.2 entradas en las que ha cedido diez hits, cinco bases por bolas, ninguna carrera y ha repartido 33 strikes out. En Seattle volvió ha firmar una actuación asombrosa que lo ratifica como favorito absoluto al Cy Young y candidato al MVP. A día de hoy no hay un jugador que marque más las diferencias.

Por cierto, un tal Rafael Devers ha debutado en las Mayores y consiguió que su primer hit fuera un homer. El último Red Sox que lo consiguió fue Daniel Nava, así que mejor bajar un poquito el hype.

No hay comentarios:

Publicar un comentario