La temporada está a punto de empezar, y a pesar de que el equipo ilusiona, toda la Red Sox Nation nos empeñamos en señalar las carencias y dudas de la plantilla. Hay cosas con muy buena pinta, nos decinos, pero también hay muchos interrogantes que seguro que acaban saliendo mal. Abrazamos con fe ciega los preceptos de la Ley de Murphy. Si algo puede salir bien, saldrá mal. Si algo puede salir mal, saldrá peor.
¡¡Pues ya está bien!! Llegó el momento de acabar con este derrotismo atávico. Bueno, sin pasarnos. Por una vez, y sin que sirva de precedente, vamos a ver una serie de datos que deben hacernos ser optimistas de cara al 2016.
Bill James, gurú de la sabermetría, señaló seis indicadores que dan una idea aproximada de lo que será el rendimiento de un equipo en una nueva temporada. Estos indicadores son: el récord Pitagórico, el principio del plexiglás, la ley del "competitive balance", la edad, el rendimiento del equipo de AAA y la actuación del final de temporada. Procedemos ahora a explicar cada uno de ellos y la forma en la que afectan a los Red Sox.
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James en sus tiempos con los Red Sox. |
Boston tampoco cumple con el principio del plexiglás, que nos dice que un equipo que ha mejorado en una temporada tenderá a empeorar en la siguiente y viceversa. Pero claro, los Red Sox venían de un 2014 horrible, era difícil no hacerlo mejor en 2015.
La ley del "competitive balance" nos dice que todo récord tiende al .500. Aquellos equipos por encima del 50% de victorias bajarán y los que están por debajo subirán.
Bill James también utilizó la edad para prever lo que se puede esperar de una franquicia. Los equipos jóvenes mejorarán su récord, los envejecidos lo empeorarán. El cuerpo de pitchers de los Red Sox tiene una media de 28 años (la décima más joven), mientras que la de los bateadores es de 28,3 (la décimo cuarta). Más motivos para el optimismo.
Una organización con un buen sistema de granjas tendrá más opciones de éxito. Cuando el rendimiento del equipo de AAA sea bueno, el roster de las mayores será mejor. El filial AAA de los Red Sox, con sede en Pawtucket, ha sido campeón de su liga en 2012 y 2014. De allí han salido Betts, Bogaerts, Swithart y compañía.
Por último llegamos a lo importante que puede ser la actuación del final de temporada. Los equipos que juegan mejor en la segunda mitad de la competición prolongarán ese momento dulce a la siguiente campaña. No hace falta ahondar en los desastrosos primeros meses de Boston ni en como se fue mejorando poco a poco (muuyyyy poco a poco). Entre el quince de agosto y el final de la regular season se firmó un muy respetable 26-19. Ojalá la cosa dure.
Para terminar una reflexión de mi propia cosecha. La temporada pasada fue horrible en lo deportivo. Muchos jugadores estuvieron muy por debajo de su nivel. Aún con todo esto hubo momentos buenos y el récord de victorias fue malo, pero no catastrófico. Si este año las cosas salen regular se estará luchando, como poco, por la wildcard. Si salen bien el techo es el cielo.
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