A estas alturas nadie duda de mi absoluta devoción por los Medias Rojas. Todo el mundo sabe que soy un fiel y buen patriota de la Red Sox Nation, pero parece que hay vida más allá de Fenway. Para hablar de ello nace Elevado a los jardines.
Los White Sox están siendo una de las sorpresas positivas del primer cuarto de competición. Nadie dudaba de una rotación con Sale, Quintana y Rodon como uno-dos-tres. Ni de la valía de Eaton, Abreu o Frazier con el bate. Pero en marzo eran pocos los que los veían con opciones de jugar en post temporada. Después de casi dos meses los de Chicago lideran su división por delante de los Royals, actuales campeones de las World Series, y de unos Indians y unos Tigers que se postulaban como principales aspirantes.
Abril fue espectacular. A los sospechosos habituales de la rotación se le unió un recién llegado como Mat Latos. El abridor estuvo mucho mejor de lo esperado y ayudo a que los White Sox cerraran el primer mes de la temporada regular con un récord de 17-8. En mayo las cosas no están siendo tan fáciles. Es verdad que Sale y Quintana son a día de hoy los máximos candidatos al Cy Young y que Eaton y Cabrera está bateando como nunca, pero el equipo está perdiendo comba. El balance en mayo es de 10-11.
El problema principal es la ofensiva. El promedio de bateo es un frío .250 (15ª en MLB) que se acompaña de cuarenta cuadrangulares (23º en MLB) para lograr una media de 4.15 carreras por juego (17º en MLB). Todo lo contrario pasa en defensa, donde los White Sox destacan para bien. El ERA es de 3.25 (5º de la MLB) y las carreras recibidas por partido se reducen a 3.50 (4º en MLB). Pero en el largo plazo ni siquiera un pitcheo tan extraordinario como este puede sostener un ataque tan pobre.
No parece descabellado pensar que si los White Sox quieren seguir optando a jugar en octubre deben reforzarse. Lo más urgente es conseguir ataque, aunque los brazos extras también serían bienvenidos. El problema es que el mercado no está en su mejor momento. Después un invierno movido, con muchos agentes libres y muchos traspasos, son pocos los equipos que están dispuestos a soltar jugadores.
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Dugout de los White Sox. |
Los Yankees son otro equipo que recibiría cualquier negociación con los brazos abiertos. Los Bombarderos del Bronx tienen la cabeza puesta en la agencia libre del 2018 (Machado, Harper...) y verían con buenos ojos la salida de algunos contratos. Texeira y Beltrán ya han dado lo mejor que tenían pero aún pueden aportar algo a la anémica ofensiva de los White Sox. Gardner puede ser otra pieza atractiva para completar el outfield. Por último tenemos a Chapman y Miller, dos relevistas de lujo de los que Brian Cashman estaría dispuesto a desprenderse.
Este 2016 los Blue Jays aspiraban a todo, pero las cosas no han empezado según los planes. Si la franquicia canadiense no consigue enderezar el rumbo podría estar interesada en repoblar una granja que los fichajes del año pasado dejaron desierta. A cambio tiene una buena cantidad de jugadores a los que solo les quedan un año de contrato. Los más evidentes son Encarnación y Bautista, dos bates que mejorarían notablemente la ofensiva de Chicago. A menor escala tenemos a Saunders y Smoak, que sin ser estrellas si que darían profundidad al roster. Cecil, Storen y Chavez son relevistas aseados a los que ningún equipo haría ascos.
Otra franquicia que anda como loca por soltar lastre son los Padres. El problema es que los jugadores más atractivos de los californianos no terminan contrato en invierno y muchos de ellos tienen fichas desorbitadas. Si los White Sox deciden tirar la casa por la ventana podrían arriesgarse con Matt Kemp (unos 55 millones en los próximos tres años). Melvin Upton sería una opción algo más económica pero con un impacto mucho menor. En San Diego también estarían encantados de despedirse de dos abridores como Shields o Ross.
Cuando se piensa en traspasos siempre hay que tener en cuanta a los A's. A Billy Beane le encanta intercambiar cromos y en su poder está uno de los jugadores más deseados de las Mayores: Sonny Gray. El pitcher es la joya de la corona. Es buenísimo, es joven, cobra poco y aún le quedan tres años de contrato (aunque sean sujetos a arbitraje). Parece un mordisco demasiado grande para los White Sox si tenemos en cuenta que Cubs, Red Sox o Yankees beben los vientos por él. Si Chicago quiere reforzar la rotación quizás sería más realista fijarse en Hill, un veterano que está sorprendiendo a todos. En Oakland también hay bateadores de calidad contrastada, como Vogt o Reddick, que podrían irse a la ciudad del viento si se pone un paquete de prospectos con futuro encima de la mesa.
Otra pieza interesante que seguro saldrá de su equipo este julio es Jay Bruce. Los Reds ya intentaron colocarlo en invierno y sorprende que nadie apostara por él. No le faltaran novias este verano y a los White Sox les vendría francamente bien. Colby Rasmus, Carlos Gomez o Evan Gattis podrían ser otras opciones a tener en cuenta si los Astros siguen con sus malos resultados.
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Bruce encajaría muy bien en Chicago. |
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