viernes, 27 de mayo de 2016

Serie 15 vs Rockies.

Martes 24 mayo. Rockies 3-8 Red Sox.

Una serie interliga ante los Rockies siempre trae buenas sensaciones. ¡Cómo olvidar esas World Series del 2007! Con este grato recuerdo en la memoria se afrontaban tres partidos cuyo gran aliciente era el choque de dos ataques descomunales. Ya sabemos de sobra como se las gastan los Red Sox, pero la franquicia de Colorado no se queda atrás. Son la quinta mejor ofensiva de la MLB (en carreras por partido) y tanto Story como sobretodo Arenado son una amenaza en cada visita al cajón.

Price fue el elegido para abrir la serie. El zurdo está cada vez mejor y lo demostró firmando su tercera apertura de calidad consecutiva. Siete entradas en la lomita en las que solo permitió cinco hits y una base por bolas. Su ratio de K/9 está bajando, pero a cambio el pitcher muestra mayor control y genera más bolas rodadas de las que se beneficia la defensa. Koji y Barnes se combinaron para rematar la labor de Price con cinco ponches en dos entradas.

Del ataque nada nuevo se puede decir. Es un rodillo. Es cierto que jugadores como Bradley o Shaw están pegando muy por encima de su nivel y parece lógico pensar que en algún momento se les acabará la racha. A cambio nos encontramos con Ortiz, Ramirez, Betts, Bogaerts y Pedroia. Estos cinco ya han demostrado de lo que son capaces en años anteriores y no sorprendería que aguantaran sus números durante todo la temporada. Cuando los bates funcionan este equipo es imparable.

Miércoles 25 mayo. Rockies 3-10 Red Sox.

Hanigan está teniendo en 2016 uno de lo roles más complicados de la plantilla: ser el catcher personal de Steven Wright. Es evidente que existe química entre los dos, solo así se explica la gran campaña del lanzador. Lamentablemente en esta ocasión Hanigan tuvo muchos problemas para recibir las mariposas de su compañero. Los Rockies lo notaron y se mostraron muy agresivos entre las bases. De hecho los de Denver aprovecharon los wild pitches del nudillero para ponerse 2-0.

Farrell no tuvo otra opción que sustituir a Hanigan por Vazquez. Con el boricua en la receptoría los Rockies dejaron de producir y el rodillo de los Red Sox empezó su trabajo. La remontada la inició Bogaerts con un cuadrangular y la culminó todo el lineup de Boston con un Jackie Bradley que sigue encadenando partidos con hit.

Swithart conectó dos triples e impulsó dos carreras. Después de su paso por las Menores para familiarizarse con el jardín izquierdo empieza a producir. La pregunta es si los Red Sox de verdad lo quieren en esa posición. Swithart es un jugador muy interesante como catcher, donde su defensa es correcta y su contribución ofensiva está por encima de la media. En el outfield es simplemente uno más. La apuesta de la gerencia para el futuro es Vazquez, por lo que parece lógico pensar que Swithart saldrá del equipo en algún momento, quizás este mismo julio. Si quieres sacar cosas interesantes por él lo suyo es colocarlo en la posición donde marca las diferencias.

Jueves 26 mayo. Rockies 8-2 Red Sox.


Buchholz volvió a estar muy mal.
Todo estaba preparado para que fuera una fiesta. Se retiraba el dorsal 26 de Wade Boggs y todo se convirtió en un gran homenaje al equipo que gano la Liga Americana en 1986. Hasta una leyenda como Carl Yastrzemski e incluso la hija de Ted Williams se dejaron caer por Fenway. Eso fue lo único que se pudo celebrar. En el campo solo hubo malas noticias. La racha de Bradley terminó y Buchholz volvió a estar horrible.

Cuando Big Papi pegó su décimo segundo homer de la temporada todo parecía que iba a ser maravilloso. Era la primera entrada y los Red Sox se ponían 0-2. Hubo pocos motivos más para la alegría. Solo cuatro hits en el resto del partido. Gray, pitcher de los Rockies, cedió muchas bolas elevadas, pero tuvo la suerte de que ninguna se fue a las gradas. Todas fueron atrapadas por los outfielders para producir eliminaciones sencillas.

En el montículo de Boston Buchholz volvió a fallar estrepitosamente. Comenzó bien el partido. Seguro y seleccionando correctamente sus lanzamientos. En la cuarta entrada podríamos decir que tuvo mala suerte. Carlos Gonzalez empató en partido con un cuadrangular. El pitch fue bueno. Una bola curva muy baja de la que un gran bateador como CarGo supo sacar partido. Nada que objetar.

En la quinta entrada es donde Buchholz se vino abajo. Después de un turno que iba por ocho lanzamientos se decidió por una bola rápida a 93 millas (él las lanza normalmente a 91) que Story mandó a lo alto del monstruo verde. A un rookie que esta demostrando tener mucho poder pero poca paciencia no le des nunca una bola rápida, es casi lo único que sabe batear. Pues es precisamente lo que hizo Buchholz. Antes de que terminara la entrada aún tuvo tiempo de ceder otro home run. 

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