Viernes 17 junio. Mariners 8-4 Red Sox.
Después de un mes de junio en el que Boston había estado tirando con cuatro abridores por la permisividad del calendario llegó el día de volver a la rotación de cinco. Se había especulado mucho sobre quien sería el quinto brazo: ¿se sacaría a Buchholz del bullpen? ¿Se subiría a Kelly de triple A? Finalmente el elegido fue Elias.
El cubano llegó este invierno como parte del traspaso de Miley a los Mariners. Despues de varias aperturas en las Menores le tocó su oportunidad y no la aprovechó. Antes de retirar a ningún bateador Gutierrez ya le había pegado un doble homer. Cuando te pones el listón tan bajo es complicado hacerlo peor. Elias lo consiguió. Otro homer del propio Gutierrez, siete hits, tres bases por bolas, dos tristes srikes out y siete carreras. Y solo estuvo cuatro entradas en el montículo.
En ataque solo cabe quitarse el sombrero, una vez más, ante David Ortiz. La temporada de su despedida está siendo de otra dimensión. Ante los Mariners pegó un doble y un homer que le hacen empatar en número de cuadrangulares con una leyenda como Ted Williams. Su promedio es de .344 y lidera la MLB en dobles, slugging y OPS. Creo que los aficionados de los Red Sox aún no somos conscientes de lo dura que va a ser la vida sin Big Papi.
Sábado 18 junio. Mariners 2-6 Red Sox.
Esta vez el pitcheo funcionó y los Red Sox se llevaron el partido, pero fue de milagro. Porcello estuvo contra las cuerdas. Después de dos malas primeras entradas en las que concedió cinco hits y dos carreras se encontró con que en la tercera había corredores en segunda y tercera y ningún out. Además le tocaba enfrentarse a los bateadores más duros de los Mariners. Consiguió ponchar a Canó y Cruz con dos bolas rápidas a la parte elevada de la zona de strike y una rodada a segunda base sirvió para retirar a Seager.
De ahí en adelante Porcello y los tres relevistas que le sustituyeron firmaron un partido impecable. Retiraron a 21 de los últimos 23 bates de Seattle e impidieron que los Mariners anotaran una carrera más. Fundamental en esto fue también el gran partido de Dustin Pedroia. El segunda base de Boston demostró que los cuatro Guantes de Oro que ha ganado a lo largo de su carrera no quedan tan lejos. Todavía está entre los mejores infielders defensivos de las Mayores.
A medida que el pitcheo de los Red Sox se estabilizaba el ataque fue entrando en calor hasta que acabó sometiendo a un abridor novato como Adrian Sampson. Bradley recortó distancias con un cuadrangular en la cuarta y en el siguiente episodio se completaba la remontada. Tres sencillos consecutivos de Young, Vazquez y Betts servían para anotar dos carreras más y Bogaerts cerraba el inning con su noveno homer de la temporada.
Sábado 18 junio. Mariners 1-2 Red Sox.
Y por fin el milagro se produjo en Fenway. Los Red Sox lograron ganar un partido en el que su ofensiva produjo menos de cinco carreras. La última vez que pasó esto fue el 29 de abril, en un juego que se ganó 4-2 a los Yankees.
Evidentemente una victoria de este tipo se sustenta en el pitcheo, donde Price siguió dejando detalles para el optimismo. Es cierto que últimamente se está mostrando menos dominador en cuanto a strikes se refiere pero a cambio una buena parte de las bolas que le ponen en juego son rodadas que llegan "inocentemente" a los guantes de los infielders. Contra los Mariners se fue a las ocho o más entradas por tercera vez consecutiva y sigue con un mes de junio que se asemeja a lo que se esperaba de él. En sus últimas ocho aperturas acumula un ERA de 2.47 con 56 ponches en 58.1 innigs lanzados. Parece que ahora si que the Price is right.
A pesar de la buena actuación de su abridor Boston no se llevó el partido hasta las entradas finales. Los bateadores consiguieron buenos hits en los capítulos iniciales pero no lograron llegar al home. Hasta cuatro corredores se quedaron en circulación en las tres primeras entradas. Las opciones de los Red Sox se volvían todavía más remotas cuando el sorprendente bullpen de los Mariners tomó el relevo de Walker. Pero es aquí donde los bates aparecieron. Primero fue Hanley el que con un sencillo impulsó el empate de Bogaerts. La victoria la rubricó Betts con un homer que se fue a lo alto del Monstruo Verde.
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