David Ortiz es el jugador más importante en la historia de los Red Sox. Punto. Se acaba de retirar. Punto. Lo normal sería que estuviéramos sumidos en una depresión profunda. Big Papi, ese amuleto dominicano que consiguió acabar con la Maldición del Bambino, se ha ido. Sin su protección estamos de nuevo abocados al fracaso. El mal de ojo que nos lanzó ese dichoso pitcher gordo que se empeñaba en jugar como bateador volverá.
Esa debería ser la sensación, pero no lo es. Resulta que este equipo ha encontrado otros muchos amuletos protectores. Dos de ellos vienen del viejo Dixie, de Tennessee y Virginia en concreto, pero tienen sus orígenes en el viejo animismo africano que muchos esclavos siguieron practicando al llegar al nuevo Nuevo Mundo. Otro fue encontrado en las misteriosas aguas del Caribe Neerlandés. Hay que tenerlo bien vigilado porque hay un chorizo de poca monta llamando Scott Boras que lo quiere robar. Incluso tenemos un cuonuciello napolitano que data de tiempos de los Etruscos. Estamos protegidos.
La verdad que no hay mucho que decir sobre el lineup de los Red Sox. Es cierto que la baja de Ortiz se va a notar, pero la impresión es que en el roster hay herramientas para sobreponerse a ello. Quizás Mookie no vuelva a diputarle el MVP a Trout. Quizás Benintendi no sea el Novato del Año. Quizás Jackie no consiga una racha de 29 partidos consecutivos con hit. Quizás Hanley no pegue 30 homers. Quizás Pedoria pierda definitivamente la pelea con el Padre Tiempo. Y quizás Bogaerts no gane el Silver Slugger. Aún con todo esto la ofensiva del equipo pondrá una buena cantidad de carreras en el marcador y estará entre las mejores de la MLB.
Es lógico pensar que la baja de Ortiz impactará de manera evidente en la ofensiva del equipo, pero también es lógico pensar que desde la tercera base y la receptoría se podrá llenar parte de ese hueco. La ofensiva de los Red Sox fue la mejor de las Mayores en 2016 a pesar de tener dos posiciones que fueron un verdadero agujero negro. Los catchers de los Red Sox, a pesar de la irrupción de León, completaron una temporada muy discreta desde el punto de vista ofensivo. Su wRC+ fue de 79 y crearon 18.2 carreras menos que el catcher medio de la liga.
Lo de la tercera base fue la segunda parte de una película de terror que ya había empezado en 2015. La esquina caliente de los Red Sox fue la menos productiva de la competición desde un punto de vista ofensivo. Generó 21.1 carreras menos que la media. Además en defensa tampoco estuvo demasiado fina.
Las estadísticas nos muestran que si desde estas dos posiciones se consigue producir a un nivel promedio de la liga se cubrirá más o menos la baja de Ortiz. A eso hemos llegados con Sandoval, nos vale que sea un tercera base average.
Sin meternos mucho en el orden de bateo podríamos aventurar que este será el lineup contra zurdos:
Pedroia, 2B.
Benintendi, LF.
Betts, RF.
Hanley, 1B.
Bogaerts, SS.
Bradley, CF.
Young, DH.
Sandoval, 3B.
Catcher.
Y este contra diestros:
Pedroia, 2B.
Benintendi, LF.
Betts, RF.
Hanley, DH.
Bogaerts, SS.
Bradley, CF.
Moreland,1B.
Sandoval, 3B.
Catcher.
Como vemos la única duda está en el puesto de catcher. A día de hoy los Red Sox cuentan con un veterano como León, cumplidor en defensa y que durante buena parte del año pasado pareció la reencarnación de Mike Piazza, y con dos jóvenes promesas completamente opuestas. Swihart es todo ataque. Vázquez es todo defensa. Parece que León empezará la temporada como titular, pero en cuanto un Swithart que viene de lesión este al 100% se hará con el puesto. Si Vázquez quiere tener opciones deberá conseguir mejorar su productividad en el cajón o llevar su defensa al siguiente nivel. Los que le han visto esta primavera dicen que su brazo está recuperando la velocidad que tenía antes de la Tommy John- Así que quizás sea capaz de hacerlo.
Para cerrar con los jugadores de campo decir que Young será el cuarto jardinero y el especialista ante lanzadores zurdos. No será raro verlo como sustituto de Bradley o Benintendi los días que toque enfrentar a un 'southpaw'. Moreland es un seguro defensivo en primera y aportará el toque de veteranía que necesita un vestuario tan joven. Holt es el chico para todo. Cuando toque jugar en el shortstop jugará allí y cuando toque en el jardín izquierdo allá. Sam Travis y Marcos Hernandez son los dos bateadores de las Menores que contaran con más oportunidades.
Ahora llega el momento de tocar el tema peliagudo. Toca hablar de la rotación. Todo el mundo lo ve como el gran problema del equipo, pero que quieren que les diga, si no hay lesiones graves no veo que haya motivo de preocupación. Y de las lesiones nadie se libra y poco se puede hacer al respecto. Eso de hablar de la fragilidad de la rotación poniendo como condición que Price, Pomeranz, Rodriguez y/o Wright se lesionen es muy fácil. Pero igual de jodido estaría el equipo si se lesiona Mookie y no he oído a nadie plantearlo. Igual que no he oído a nadie decir que, pongamos por caso, la rotación de los Indians está cogida por los pelos y que a ver qué hace Francona para sacar la temporada adelante si Carrasco y Salazar se vuelven a lesionar. Así que menos elucubraciones.
Porcello no va a ganar el Cy Young otra vez, esto no es elucubrar, es un hecho. No obstante, ha demostrado ser un pitcher de garantías. Sale es una mega estrella. Seguramente Fenway se le atragante un poco en su primer año (es algo que le ha pasado a todos los pitchers en su primera temporada en Boston), pero aún así tenerlo en la nómina de abridores supondrá una mejora evidente respecto al año anterior. Price no tuvo un debut soñado en 2016, y aún así lanzó más entradas que nadie en las Mayores y tuvo un WAR de 4.5 (!!!!). Va a empezar la temporada en la lista de lesionados, pero se le espera a finales de abril o principios de mayo. Don't panic.
Los dos puestos restantes se los repartirán entre Pomeranz, Eduardo Rodriguez y Wright. Es cierto que son lanzadores irregulares y con tendencia a lesionarse, ¡pero que alguien me diga otro equipo que tenga como posibles cuatro y cinco a dos All Stars del 2016! Si se lesionan los tres al mismo tiempo (que mira que es difícil) entraran los Henrys Owens, Brians Johnsons y Roenis Elias del mundo. Y punto. A todo el mundo le pasa.
El pitcheo abridor de los Red Sox flaquea en la parte baja, cierto, pero otras rotaciones de las Mayores tenidas por el colmo de los colmos se encuentran en idéntica situación. Los Mets tienen a Syndergaard y deGroom, pero también a un pseudo novato como Matz y a dos incógnitas como Harvey y Wheeler. Los tres primero abridores de los Indians (Kluber, Salazar y Carrasco) son alucinantes, pero tras ellos nos encontramos con un parche como Josh Tomlin y un descerebrado como Bauer. ¡Hasta los Cubs tienen una papeleta importante que resolver con el quinto brazo de la rotación!
Los bullpens siempre son difíciles de analizar. Lo que un año brilla puede convertirse en chatarra la temporada siguiente. A Kimbrel hay que darle el beneficio de la duda. Ya hemos comentado que los pitchers siempre sufren en su primer año en Fenway. Esperemos que eso sea la causa de su decepcionante 2016. El fichaje de Thornburg y un reconvertido Joe Kelly se postulan como los habituales en la octava entrada. La séptima será para Barnnes, que a pesar de su progresión y de tener una fastball que llega a las 99 millas no parece preparado para emociones más fuertes. Robby Scott y Heath Hembree son perfectos para dar relevos largos o ejercer como especialistas antes zurdos y diestros respectivamente.
Este equipo debería dominar la división durante los dos o tres próximo años y lograr cosas importantes en octubre. Si no es así hablar de fracaso se quedaría corto.
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