2 junio at Orioles. L 2-3.
3 junio at Orioles. W 5-2.
4 junio at Orioles. W 7-3.
No era está una salida fácil. Y se complicó todavía más después de los dos primeros partidos. Los Orioles impusieron su ley y se hicieron con dos victorias a golpe de home run. Rodriguez, con problemas físicos antes de iniciar el primer partido y que terminó en la DL después del mismo, sufrió en sus carnes el poder de Trumbo, Davis, Jones y Schoop. Cuatro cuadrangulares contra los que poco pudo hacer la ofensiva de Boston.
La historia volvió a repetirse al día siguiente. Esta vez los encargados de castigar al pitcheo de los Red Sox fueron Machado y Smith. Un homer para cada uno al que hay que unir un doble de Kim y ya tenemos las tres carreras que le bastaron a Baltimore para hacerse con el partido. Los bates de Boston se solidarizaron con un Betts que está sumido en una crisis ofensiva brutal y se quedaron en cuatro insuficientes hits.
Con estas dos victorias los Orioles habían pasado a los Red Sox en la clasificación y tenían en su mano ampliar la ventaja y dejar a su rival muy tocado anímicamente. Entonces apareció David Price. En su segunda apertura de la temporada el zurdo solo concedió una carrera y tres hits y la ofensiva de Boston, que es un reflejo de los que hace Betts (2 de 5 con una anotada y una impulsada en este partido), consiguió producir lo suficiente para apagar el fuego. Una victoria tan importante como el respirar.
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Catch de Bradley en el jardín central. |
La producción ofensiva de los Orioles se limitó a esas tempraneras carreras. Mientras que dos homers de Benintendi y un error de Peña, receptor de Baltimore, permitían a Boston llevarse el partido y dejar la serie en tablas.
Antes de este partido los de Maryland tenían un balance de 17-8 en Cadmen Yards, lo que les convierte en uno de los conjuntos más fiables cuando juegan como locales. Teniendo esto en cuenta las dos victorias obtenidas por los Red Sox cobran todavía más valor.
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