lunes, 12 de junio de 2017

Serie 20 vs Tigers. Inercia y miseria.

9 junio vs Tigers. W 5-3.
10 junio vs Tigers. W 11-3.
11 junio vs Tigers. L 3-8.

Cuando dos equipos juegan un partido lo normal es que el equipo menos malo acabe haciéndose con la victoria. Cuando en vez de un partido juegan tres lo normal es que el equipo menos malo acabe ganando más partidos que el rival. Así se resume esta serie entre Red Sox y Detroit. Boston es un poco menos malo que Detroit, así que ganó dos y perdió uno.

No fueron dos victorias vistosas. Tampoco fueron ilusionantes. Los de Massachusetts ganaron porque son algo mejores. Ganaron porque el bullpen de Detroit es un desastre y porque alguien tenía que ganar.

Moreland fue el gran protagonista de estos dos primeros partidos. Impulsó cinco carreras y logró cinco hits en siete at bats. Que el primera base este siendo el mejor bate del equipo en 2017 dice muy poco de los Red Sox. Betts y Benintendi están poniendo la bola en juego pero no consiguen hits, Bogaerts solo pega singles, Hanley es un niño pequeño que no sabe que hacer sin la vigilancia de Ortiz y Pedroia está muy cascado.

A la aportación ofensiva de Moreland hay que añadir la colaboración de los relevistas de los Tigers. Son uno de los peores bullpens de las Mayores y lo dejaron muy patente. El primer partido llegó a la octava entrada con una carrera de ventaja para los de Michigan. Acabaron perdiendo. Algo similar sucedió al día siguiente. Con el encuentro empatado a tres en el sexto episodio colapsaron hasta ceder ocho carreras entre la séptima y la octava.

Carl Willis, pitching coach, habla con Pomeranz.
Entonces le llegó el turno a Drew Pomeranz, encargado de abrir el último enfrentamiento de la serie. El zurdo llegaba en su mejor momento desde que fue traspasado a Boston pero él solito se las apañó para acabar con cualquier ilusión. Estuvo horrible. Apenas recurrió a su cutter, su curva no rompió y su bola rápida, que en su apertura anterior pasó de las 95 millas, solo rondó las 93. La irregularidad es probablemente la peor cualidad que puede tener un abridor, y Pomeranz la tiene.

Lo dicho, los Red Sox ganan porque son un poquito mejores que sus rivales, pero no trasmiten ninguna seguridad. El equipo no juega a nada y son picos de acierto individual lo que están haciendo que lleguen las victorias. Llevamos casi tres meses de competición y los problemas que vimos durante la primera semana de abril siguen sin solucionarse. ¿Donaldson? ¿Moustakas? ¿Gray? ¿Quintana? Pueden ayudar, pero no solucionaran un problema que está en otro lado.

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