martes, 11 de julio de 2017

En la mitad del camino (¿con destino a ninguna parte?).


Estamos en pleno parón del All-Star. Ya se ha jugado el cincuenta por ciento de la temporada y ha llegado el momento de hacer un breve balance sobre lo que que han hecho los Red Sox en lo que llevamos de 2017.

Lo cierto es que las sensaciones no están siendo buenas. El juego del equipo, especialmente en ataque, se ha mostrado muy irregular. Se sabía que la marcha de Ortiz iba a mermar la producción ofensiva, pero pocos esperaban tantos problemas.

El inicio de temporada fue especialmente dramático. Un lineup acostumbrado a los home runs se quedó totalmente congelado cuando los bambinazos no llegaron. Poco a poco los jugadores se fueron amoldando a esta nueva circunstancia y aunque Boston sigue en la parte baja de la liga en homeruns y slugging ha conseguido empezar a poner carreras en el marcador.

A día de hoy son novenos de la MLB en carreras anotadas y su éxito se debe a la capacidad para poner la bola en juego y a una manera más agresiva de correr las bases. Los Red Sox se ponchan muy poco y tienen en el roster a muchos jugadores jóvenes con buenas piernas. Un equipo que robó 83 bases en 2016 lleva 54 en la mitad del 2017.

Esa misma capacidad atlética también se hace notar en defensa. Según FanGraphs Boston es el noveno equipo que más carreras ha prevenido.

Si los bates están siendo la cruz el pitcheo está siendo la cara. Tanto la rotación como el bullpen están rindiendo a un nivel muy satisfactorio. Los abridores de Boston acumulan un WAR de 10, es decir el cuarto mejor de la MLB. Buena parte de ese éxito es cosa de Sale, él solito tiene un WAR de 5.3. Tras el zurdo las cosas han estado algo más revueltas, pero entre unos y otros han conseguido salvar los muebles.

Porcello no es el del año pasado ni de lejos, pero está devorando innings. Pomeranz parece haberse aclimatado a la Liga Americana, ha encontrado cierta regularidad y (toquemos madera) permanece sano. Rodriguez estuvo bien antes de la lesión y si no pasa nada raro será de gran ayuda en el tramo final de la temporada. El último en llegar ha sido Price, y de momento está cumpliendo. Ya lleva nueve aperturas y salvo un descalabro ante los Yankees se ha mostrado correcto.

Los relevistas también acumulan uno de los WAR's más altos de las Mayores. Kimbrel ha encontrado su mejor nivel y Kelly parece que puede dar muchas alegrías saliendo desde el bullpen. Hembree y Barnes no son jugadores redondos, pero si dos buenos complementos capaces de dar relevos largos y lanzar strikes. Viendo que el regreso de Smith y Thornburg sigue muy en el aire y la importancia que esta unidad tienen en los playoffs no parecería una locura reforzarla antes del fin del período de traspasos.

Los Red Sox no han convencido en absoluto, aun así son líderes de su división y parecen el equipo más completo y regular de la misma. Si Boston no ha alcanzado aún su mejor nivel se debe, en parte, a las lesiones. Acumulan 836 días de DL, la cuarta cifra más alta de las Mayores. Recordemos, por ejemplo, como una epidemia de gripe afectó al vestuario durante los primeros días de la temporada.

Además de los problemas físicos muchos jugadores están lejos del nivel esperado. Betts, Bogaerts, Ramirez o Benintendi no están brillando como se esperaba. Parece que hay equipo suficiente para llevarse la división, pero si la cosa sigue así la escabechina sufrida en los playoffs del año pasado ante los Indians se puede quedar pequeña.

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