jueves, 21 de abril de 2016

Serie 5 vs Rays.

Martes 19 abril. Red Sox 0-3 Rays.

Hay ocasiones en que los tópicos y los refranes son lo que mejor describen una situación. Eso de "lo que mal empieza, mal acaba" encaja a la perfección con lo que los Red Sox sufrieron en este partido.

En la primera entrada, con solo dos outs, Kelly sintió molestias en el hombro y Farrell decidió no arriesgar. El bullpen iba a tener que ganarse las lentejas desde muy temprano. ¡Y vaya que lo hizo! Hembree, Ross, Tazawa y Kimbrel no cedieron ni una carrera y llevaron el partido a las entradas extras.

El problema de los Medias Rojas fue que el abridor rival estuvo excelso. Cuando un pitcher firma una gran actuación se suele decir que maniata a la ofensiva. En este juego Smyly no maniató a los bates de Boston, sino que los encadenó. En ocho episodios completos ponchó a once y solo cedió un hit.

En la décima entrada, con Barnes lanzando para los Red Sox, los Rays anotaban tres carreras que les daban la victoria.

Miércoles 20 abril. Rays 3-7 Red Sox.

Una de las grandes cosas del béisbol es que todo puede cambiar de una día para otro. Después del primer partido de la serie yo mismo insinuaba cierta anemia en el ataque de los Red Sox. La línea de bateo en los últimos seis partidos había sido .204/.278/.296. Números muy pobres para cualquier ofensiva, pero especialmente graves cuando el ataque es la dimensión fundamental de tu juego.

Los bateadores se redimieron de su mala racha en este partido. Lo hicieron a lo grande y desde el principio. En la segunda entrada Boston ya ganaba 0-5. No importaba que Archer fuera el pitcher de los Rays, los patirrojos se embasaban una y otra vez. De hecho Boston tuvo al menos a un corredor en bases en cada una de las siete primeras entradas.

Porcello volvío a completar una muy buena actuación. Aguantó siete entradas en las de repartió nueve K's y un solo boleto. Permitió tres carreras en sus dos últimos episodios, cuando el cansancio ya era evidente.

Porcello lleva tres aperturas muy sólidas.

Jueves 21 abril. Rays 12-8 Red Sox.

Imaginen este partido como si hubieran sido tres. El inicial se correspondió con la primera entrada. Los Red Sox salieron en tromba. Antes de terminar el episodio inagural todo el lineup había pasado por el cajón de bateo y ganaban 1-5.

Varias deliberaciones arbitrales que se hicieron eternas sacaron a Boston del encuentro, especialmente a Price. Quizá tanto parón desconcertó al abridor o hizo que su brazo se enfriara. Los bates de los Rays se aprovecharon y al final de la cuarta entrada el resultado era de 8-5 para los visitantes.

Price, el abridor de los treinta millones por temporada, se fue al banco y empezó el tercer partido con el bullpen de los Red Sox asumiendo toda la responsabilidad. Un homer monumental de Betts y un gran Ortiz conseguían empatar el partido, pero unos relevistas a los que se les está exigiendo muchísimo no aguantaron la situación. Una derrota muy dura que hace que los Rays se lleven la serie.

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