Hemos venido diciendo que con la llegada de junio las buenas sensaciones se enfriaron. El balance del equipo en este nuevo mes es de 4-6. ¡Y de 1-4 contra rivales divisionales! El principal problema de este mal rendimiento no es ningún misterio. El ataque ha tenido un bajón importante, sobretodo en el caso de algunos jugadores concretos. También el pitcheo ha empeorado. De unos números ramplones se ha pasado a otros simplemente malos.
Los Red Sox tienen ahora la oportunidad de aparcar estos fantasmas y dar un puñetazo encima de la mesa. En los próximos diez días jugarán en casa ante Orioles, Mariners y White Sox. Salir de estas tres series con una buena cosecha de victorias sería muy positivo, no solo por el salto en la clasificación, sino por el hecho de rendir bien frente a tres escuadras que aspiran a jugar en octubre. Aquí os dejamos cuatro claves que pueden ser importantes en esta racha de diez juegos consecutivos en Fenway.
1. ¿Quién será el quinto brazo de la rotación? La poca carga de partidos que Boston ha tenido en junio (solo diez en dos semanas) le ha permitido sobrevivir con cuatro abridores. Pero según los plazos que se suelen manejar el día 18 de junio, frente a los Mariners, se deberá volver al estándar de cinco abridores. La duda es saber si el elegido será Buchholz, que lleva unos quince días lanzando como relevista, o Kelly, que ha estado fogueándose en Triple A. Podría haber sorpresa y que Ronnie Elias fuera el que ocupara ese último puesto. Lo de volver a probar con Owens u O'Sullivan parece totalmente descartado.
2. El bullpen. Diez partidos en diez días con una rotación poco fiable se puede traducir en muchas entradas y poco descanso para los relevistas. Los relevos largos parecen asegurados con Hembree y Ross, cuyo rendimiento está siendo bueno. Los cierres son cosa de Kimbrel, que después de un inició dubitativo ha encontrando su ritmo. El problema está siendo la octava entrada. La lesión de Carson Smith y la irregularidad de Barnes, Koji y Tazawa están siendo un lastre importante. Además detrás de estos nombres no hay nadie que trasmita un mínimo de confianza.
3. Travis Shaw. Su inició de campaña fue una de las mejores noticias del 2016. Seguro con el guante y enchufadísimo con el bate. Encontrarte con un tío que pegaba por encima de .300 y con poder ocasional en la séptima posición del turno de bateo era un auténtico lujo. Pero poco a poco Shaw se ha ido apagando. Diez hits en sus últimos quince partidos hablan por si solos. Desde su llegada a las Mayores el año pasado Shaw ha bateado mucho mejor en Fenway que cuando actúa como visitante. Para ilustrar esto basta ver su promedio de .313 en Boston y de .221 en la carretera. Esperemos que estos diez partidos en casa saquen de nuevo lo mejor de él.
4. El jardín izquierdo. Durante la pretemporada esta posición estaba destinada a Rusney Castillo. Pero el cubano, que va camino de ser un bust de manual, fue mandado a las Menores antes del Opening Day. Su sustituto fue Holt, un indfielder. El sustituto de Holt fue Swithart, un catcher. Y ahora viene jugando allí Young, que si es outfielder pero cuyo rol iba a ser el de dar descanso a los jardineros habituales. El retorno de Holt de una concussion en los próximos días se espera que traiga de vuelta cierta continuidad a la posición.
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