La vuelta del All-Star siempre suele se complicada. En un deporte en el que hasta el más pequeño de los ajustes es vital un parón de cuatro días puede ser fatal. Los Red Sox se fueron al partido de las estrellas en su mejor racha de juego desde finales de mayo, parece que han vuelto igualmente enchufados.
El de Boston es el mejor ataque de las Mayores porque te puede ganar de muchas maneras. Mientras que los Orioles viven del poder y los Pirates del contacto, los Red Sox son capaces de combinar ambas armas. En esta ocasión recurrieron a la primera.
Pineda empezó bien el partido. Consiguió retirar a los primeros ocho bates de Boston, todos con promedios por encima del .250. Cuando le toco enfrentarse al noveno se encontró con un home run del todo inesperado. Hanigan solo está bateando para .192, pero abrió la lata en el Bronx. Tras el cuadrangular del catcher llegaron los de Shaw y Bogaerts que ponían un sonrojante 5-0 en el marcado del Yankee Stadium.
Steven Wright volvió espectacular de su sorprendente debut en el All-Star de San Diego. Las primeras visitas al cajón fueron una auténtica tortura para los bateadores neoyorkinos. Ninguno encontraba la manera de descifrar al knuckleballer. Hasta que una serie de aciertos de los bombarderos en la sexta hacían que John Farrell se viera obligado a retirar a su abridor. Los Yankees consiguieron anotar tres carreras y pusieron en peligro la victoria de los Red Sox, pero un buen trabajo de los relevistas certificó el triunfo de Boston.
Sábado 16 julio. Red Sox 5-2 Yankees.
El habitual rock de estadio fue sustituido por piezas de Dudamel. Los puestos de pizzas y hot dogs se pusieron a vender arepas y hallacas. Hasta el Hudson se convirtió en el Orinoco. Por un día el corazón del Bronx se transfornó en Venezuela. Los Red Sox, liderados por Sandy León y Eduardo Rodriguez, se llevaron el segundo encuentro de la serie.
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León fue el hombre del partido con cuatro remolcadas. |
Con el empate a uno León hizo su irrupción en el encuentro. Primero con un single que impulsaba la carrera de Jackie Bradley. Dos entradas después, en la sexta, pegaba un triple homer que certificaba su buen momento con el bate. El catcher venezolano se ha hecho con un hueco en el lineup gracias a su espectacular aportación ofensiva. Su promedio es de .458 y en veinte partidos ha remolcado trece carreras.
Domingo 17 julio. Red Sox 1-3 Yankees.
Con el Yankee Stadium aún medio vacío Pedroia pegaba un homer que ponía a los suyos por delante. Las cosas se ponían muy francas para Boston pero Tanaka reaccionó. El pitcher japonés fue de menos a más y consiguió contener a la ofensiva de los Red Sox. Salió del juego en el séptima entrada, después de haber permitido solo tres hits y habiendo repartido siete ponches.
Todo lo contrario sucedió en el montículo de Boston. Price llegó a este partido después de tres aperturas consecutivas con diez strikes outs y con un K/9 de 10.13. Pero en esta ocasión no rindió a su mejor nivel. En ningún momento estuvo cómodo, un solitario ponche en seis episodios lo demuestran. El zurdo permitió mucho contacto a los bates de los Yankees, hasta doce imparables, y desaprovechó la ventaja que tenían los suyos. Hasta cinco hits y tres carreras cedió el ace solo en la cuarta entrada.
En el séptimo episodio, y con un 1-3 a favor, el bullpen de New York salió a hacer su trabajo. Betances, Miller y Chapman son una máquina de retirar bateadores cuyo margen de error es mínimo. No fallaron. La ofensiva de los Red Sox, muy apagada durante todo el partido, no encontró la manera de meterles mano.
La derrota duele. Corta una racha de seis victorias y evita la barrida, pero hay motivos para ser optimistas. Después de un mal mes de junio el equipo parece recuperado. Estas son las cuartas series que se ganan de forma consecutiva y los Orioles están a tiro de piedra. Estamos en el buen camino.
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