A estas
alturas nadie duda de mi absoluta devoción por los Medias Rojas. Todo
el mundo sabe que soy un fiel y buen patriota de la Red Sox Nation, pero
parece que hay vida más allá de Fenway. Para hablar de ello nace
Elevado a los jardines.
El All-Star de la MLB tiene dos propósitos fundamentales. Por una lado es una fiesta que ayuda a promocionar la competición y por otro decide que equipo, el de la Liga Nacional o el de la Americana, tendrá el factor cancha a favor en el clásico de otoño. A mí me sirve para algo más. Me ayuda a recordar que Mike Trout existe.
Trout es ese tío del que nos hemos acostumbrado a decir que
es el mejor jugador de las Mayores. Muchos, entre los que me incluyó, lo
hacemos por una cuestión de fe. Creemos en las estadísticas que se dan sobre él
y nos fiamos de los expertos. De vez en cuando, incluso, vemos alguno de sus
espectaculares highlights.
Pero no terminamos de fiarnos. De verdad alguien que juega
en los Angels puede ser tan bueno. Es imposible que una franquicia tan poco
carismática pueda tener en sus filas a un talento como Trout.
Tan insulsos resultan los Angels que durante largos períodos
de la temporada se te olvida que existen. No son un equipo ganador,
pero tampoco pierden lo suficiente como para poseer ese atractivo que en muchas ocasiones tienen los perdedores. Hasta
su nombre, Los Angeles Angels of Anaheim, parece de mentira.
Las exhibiciones de Trout pasan desapercibidas para gran parte del público porque nadie se pone a ver un partido de los Angels. Ni siquiera Disney, que convierte en oro todo lo que toca y que fue propietaria de la franquicia entre 1997 y 2005, fue capaz de levantar la popularidad del equipo. Desde su creación, en 1961, han estado eclipsados por la alargada sombra de los Dodgers. Ni la mudanza de Los Angeles a Anaheim consiguió cambiar las cosas.
Es una pena que un jugador como Trout este en una franquicia así. Los de California tuvieron el talento (o la suerte) necesario para draftear a un muchacho de 18 años que en tan solo dos temporadas ya estaba entre la élite de la Liga, pero han sido incapaces de rodearlo de un equipo ganador.
En cuatro campañas completas en las Mayores (esta es su quinta) Trout ha sido siempre seleccionado para el All-Star Game. Además ha sido ganador del MVP en una ocasión y ha terminado segundo los otros tres años. Son unos hitos al alcance de muy pocos y sin embargo han pasado "desapercibidos" porque no afectan en absoluto al devenir de la competición.
Alejado de la lucha por la Series Mundiales y rodeado por un equipo de cartón piedra. Así esta Trout. Prisionero en una organización que no parece dispuesta a soltarle y con la que tiene contrato hasta finales del 2020.
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