lunes, 14 de agosto de 2017

Serie 30 at Yankees. Agarrando al toro por los cuernos.

11 agosto at Yankees. L 4-5.
12 agosto at Yankees. W 10-4.
13 agosto at Yankees. W 3-2.

Ya ha empezado lo mejor de la temporada. Aún queda más de un mes para que empiecen los playoffs pero ya nos encontramos con muchas series que tienen regustillo a béisbol de octubre. Esta fue una.

Parte baja de la novena del último partido. Los Yankees ganan 1-2 y ponen a su closer en la lomita. Chapman sale más enchufado y retador que nunca. Psss. Psss. Psss. Tres bolas rápidas a más de 100 millas. No le importa que Hanley Ramirez sepa lo que va a lanzar. Si puede, que lo batee. Y Hanley no puede. Tres swings durísimos que casi acaban con el dominicano en el suelo. Chapman lo mira desafiante y Hanley se va camino del dugout con una sonrisa forzada.

Después de humillar a un slugger de noventa millones de dólares lo de Devers parecía pan comido. Un chico de veinte años con cara de chiste que apenas pasa de los cincuenta at bats en las Mayores. Chapman lanzó otro misil de 103 millas. Devers ni se movió. Estudio aquel pitch, lo procesó e hizo sus ajustes. El cerrador de los Yankees volvió con otra bola rápida de las que el ojo de los mortales no ve, pero esta vez se encontró con el bate de Devers. Al pasar la primera base el joven bateador de los Red Sox celebró. El silencio que se había hecho en el Bronx le confirmó que acababa de pegar un homer que empataba el partido.


Las entradas extras fueron un trámite. Ni un Chapman fundido ni un Kahnle que vino de Chicago para completar un bullpen de ensueño pudieron evitar que Benintendi, tocado por la varita desde que empezó agosto, impulsara una carrera. Kimbrel no se ando con tonterías y cerró un partido que deja a dos equipos en estados anímicos antagónicos.

Lo que terminó tan felizmente para los Red Sox empezó de una manera bien distinta. En el primer choque de la serie Addison Reed, recién llegado de los Mets para reforzar el bullpen, desperdició una ventaja de tres carreras. Todo se ponía muy de cara para los Bombarderos. Se llevaban el primer juego y contaban con su ace para el segundo.

Severino se cayó con todo el equipo. Se encontró con un Benintendi en estado de gracia que pegó dos homers y remolcó seis carreras. El exterior izquierdo está siendo la pieza fundamental del ataque en las últimas semanas. Se fue de Nueva York con cinco hits, tres homers y nueve impulsadas. ¡Su OPS en agosto es de 1.410!

Es muy pronto para echar las campanas al vuelo y aún quedan siete partidos entre los dos equipos. No obstante, los Red Sox han dado un golpe encima de la mesa y por primera vez en la temporada han demostrado ser un equipo a tener en cuenta.

PD: lo de Chris Sale es de otra galaxia. Si sigue así creo que solo un Altuve bateando por encima del .400 le debería quitar el MVP.


No hay comentarios:

Publicar un comentario