Lo primero que debe plantearse la dirección durante la off-season es a qué demonios se aspira. Queremos ganar ya, queremos apostar por los jóvenes y buscar resultados en el medio-largo plazo, queremos vender a las viejas estrellas y empezar una reconstrucción total. En el caso de los Red Sox la cosa parece clara. La elección de Dombrowski como Presidente de Operaciones Beibolísticas nos indica que los propietarios quieren resultados de forma inmediata. Se debe montar un equipo que sea competitivo desde ya.
Es imposible negar que la dirección deportiva de Boston tiene un reto complicado. ¿Cómo convertir en aspirante a un equipo que ha sido sotanero de división las dos últimas campañas? ¿Cómo conseguir una rotación solvente? ¿Cómo construir un bullpen de garantías? ¿Cómo manejar los contratos de Sandoval y Ramirez?
Sin duda mucho trabajo. Sin embargo Dombrowski no debe volverse loco. A día de hoy están los mimbres, lo que hace falta es buscar piezas concretas. En el roster de los Red Sox nos encontramos con una camada de jóvenes con potencial de All Star. Ellos deben ser el futuro del equipo. Simplemente hace falta rodearlos correctamente.
En El Monstruo Verde empezamos un tríptico en el que intentaremos aunar las opiniones personales con la información que ofrecen distintos medios sobre lo que debe ser la reconstrucción de los Red Sox de cara al 2016. En esta primera entrega nos centraremos en los jardines, para continuar luego con el diamante y terminar con ese dolor de cabeza que han sido la rotación y el bullpen.
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Catch marca de la casa de Betts. |
A priori los otros dos titulares a izquierda y derecha de Betts serían Jackie Bradley Jr. y Rusney Castillo. La actuación de esta pareja en los últimos compases de la temporada emociono a muchos, pero en la franquicia se tienen ciertas dudas. Hasta este agosto ninguno de los dos había rendido según lo esperado. Es cierto que sus actuaciones defensivas habían sido buenas pero su rendimiento con el bate había sido decepcionante. Bradley Jr. es una primera elección del draft del 2011. Venía con el título de MVP en las College World Series bajo el brazo, pero desde su debut en Grandes Ligas en 2013 ha estado entrando y saliendo del roster por su pobre aportación ofensiva.
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Datos extraídos de MLB.com |
La transformación experimentada por el joven outfielder a mediados de agosto hizo que por toda la Red Sox Nation se desatara la bradleymania. A sus espectaculares jugadas defensivas se les unió un rendimiento ofensivo inesperado. Antes del All Star sus número eran más que discretos: .133, 2 RBI, 1 HR y 2 R. Desde el parón del Partido de las Estrellas Bradley Jr. se fue a .267 de AVG, 41 RBI, 9 HR y 41 R.
Un caso similar es el de Castillo. El cubano firmó el verano del 2014 un contrato de 72.5 millones de dólares por siete años. La dirección deportiva lo veía como un jugador compuestísimo. Buen defensor, contacto, poder y capacidad para correr entre las bases. La adaptación está resultando dura y después de varias apariciones decepcionantes terminó por enseñarnos algo de su potencial en la última fase de la temporada.
El problema radica en que tanto Castillo como Bradley Jr. son CF. Esa posición está totalmente cubierta por Betts por lo que el primero fue desplazado al RF mientras que el segundo ha venido jugando en el exterior izquierdo. Esta alineación funcionó al final del 2015, pero hay ciertas reticencias. Se duda de la regularidad de ambos jugadores. Han demostrado tener talento pero también se han mostrado tremendamente irregulares y en el caso de Castillo con fallos de concentración importantes. Sin duda contaran con opciones el año que viene, pero parece difícil que los dos empiecen como titulares.
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BradleyJr. y Castillo deben dar una paso más durante el 2016. |
A día de hoy la rotación en los jardines la completa un hombre para todo como Brock Holt. La lesión de Pedroia a mitad de verano lo asentó en la 2B pero antes se había desempeñado con gran acierto en todas las posiciones de campo, incluidos los exteriores.
Parece evidente que para completar el outfield hace falta una o dos piezas que deberían llegar vía trade o directamente desde la agencia libre. La primera opción siempre es complicada, pero si por algo se caracteriza Dombrowski es por su pericia en los intercambios. Además la granja de los Red Sox cuenta con una buena cantidad de jugadores que podrían incluirse en los acuerdos.
La agencia libre de este año es especialmente buena. Destacan sobretodo los abridores, pero entre los outfielders también podemos encontrar jugadores muy interesantes. Los tres grandes nombres (basándonos en su edad y rendimiento) son Justin Upton, Jason Hayward y Yoenis Céspedes. Los tres aspiran a firmar contratos de super estrella, algo que a priori Boston no les va a ofrecer. Recordemos que en la franquicia de Massachusetts se reserva el dinero para un ace. Un escalón por debajo nos encontramos con el repoker formado por Gerardo Parra, Colby Rasmus, Dexter Fowler, Alex Gordon y Will Venable. Los cinco son jugadores de probada experiencia en la MLB y cuya contratación rondaría los 15 millones por temporada con contratos de entre cuatro y seis años. El que más gusta en los despachos de Fenway es Alex Gordon.
Lo ideal seria que uno de estos pudiera incorporarse al equipo para ocupar un puesto de titular. De esta forma y con algún jugador de banquillo como Alejandro de Aza, David Murhy o Jonny Gomes los jardines quedarían más que cubiertos de cara al 2016.
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