miércoles, 2 de diciembre de 2015

Lo que los Red Sox deben hacer en la off-season. III de III.

Después de hablar del outfield y del infield llega la tercera y última entrega de esta serie, llega el momento de la rotación y del bullpen. Habíamos ido retrasando su publicación con la esperanza de poder hablar de ese abridor estrella que Dombrowski había prometido. Nuestra paciencia ha tenido recompensa y hace poco más de doce horas se anunciaba que David Price llegaba a un acuerdo con los Red Sox a cambio de 217 millones de dólares a percibir en los próximos siete años. Esto convierte al pitcher de Tennessee en el lanzador mejor pagado de las Mayores (a la espera de lo que pase con Greinke en los próximos días) y en el contrato más alto jamas ofrecido por la franquicia de Massachusetts.

Con la llegada de Price la rotación de Boston queda cerrada salvo sorpresa mayúscula y podríamos aventurar que será la siguiente: Price, Buchholz, Porcello, Rodríguez y Miley. Joe Kelly parece que será mandado al bullpen, donde su recta de 96 mph puede ser muy aprovechable. Mientras que Owens, Johnson y el nudillero Steven Wright empezaran como pitchers de las Menores pero con la seguridad de que dispondrán de oportunidades en la MLB.

Price en su etapa en Detroit.
David Price va a percibir más de treinta millones de dólares en cada uno de los próximos siete años. Un contrato de estrella absoluta que esperemos se vea refrendado en la loma. Si su rendimiento en los tres primeros años es como el mostrado en Toronto el pasado verano cada dólar que se le dé estará bien pagado. Su lanzamiento estrella ha venido siendo una recta de unas 94 mph que en los últimos dos años se ha alternado mucho con las changeups. Su arsenal se completa con una cutter que ronda las 89 millas y algunos lanzamiento quebrados a los que recurre en raras ocasiones. Con cinco apariciones en el All Star y un Cy Young de la Liga Americana en 2014 debe liderar a los Red Sox desde el montículo.

Como número dos nos encontramos a Clay Buchholz. Un pitcher establecido y siempre cumplidor que rendirá mientras su salud se lo permita. No hay dudas de la confianza que la franquicia y Farrell tienen en él, su reciente renovación lo demuestra, pero su problema son las lesiones. En nueve años en las mayores ha sido incapaz de lanzar ninguna temporada de más de 190 entradas. La cutter y la changeup son sus mejores armas.

Si Rick Porcello rinde a su nivel puede ser un lujo tenerlo en esta parte de la rotación. Después de una extensión de contrato que a mucha gente le pareció desproporcionada (cuatro años y más de ochenta kilos) el pitcher firmó un malísimo inicio de temporada. Tras volver de una lesión completó un buen septiembre que dejó muy buenas sensaciones de cara al nuevo curso. La gerencia espera un buen rendimiento porque tras el 2016 aun le quedarán dos años de contrato y más de cuarenta millones por cobrar.

Ahora le llega el turno a Eduardo Rodriguez. Segunda temporada en las Mayores, veintidós años y un futuro que pinta prometedor. Tras un debut impresionante en el que contaba con la ventaja de ser desconocido para los bateadores le toca enfrentarse a una siempre complicada segunda temporada en la que debe aspirar a asentarse. Debe mejorar su rendimiento en los partidos de día, incorporar más lanzamientos a su repertorio y recurrir más a una changeup que el año pasado se mostró muy efectiva.

A priori el último lanzador de la rotación será Wade Miley. El de Louisiana parte como número cinco pero no sería de extrañar que un mal inicio de Porcello lo colocará más arriba. Tras un buen 2015 en  el que acaparó demasiada atención y responsabilidad por el desastroso rendimiento del resto de abridores se espera que mantenga los números de los años anteriores. Un jugador aseado y con un salario muy asequible que lo convierten en un gran pitcher para la parte baja de la rotación.

De izquierda a derecha: Rodriguez, Miley y Porcello.

Y ahora el bullpen, donde la llegada de Kimbrel ha sido otro de los bombazos de lo que llevamos de off-season. El mal rendimiento de los relevistas en el 2015 hacía prever bastante movimiento. Lo primero que se supo fue que Ogando, Breslow y Machi, tres de los brazos que más innings habían lanzado, no iban a seguir.

Kimbrel será el nuevo
 cerrador de Boston.
Lo siguiente fue buscar a un cerrador de garantías. Se sigue confiando en Uehara, pero el japonés cumplirá cuarenta y un años el próximo abril y se quiere tenerlo entre algodones. Tras varios rumores que apuntaban a Chapman y a los Reds el traspaso que acabo por fraguar fue con los Padres. A cambio de Kimbrel, al que muchos consideran el mejor cerrador del momento, los Red Sox dieron un puñado de prospects. Destacaban es ese paquete el jardinero Manuel Margot y el campocorto Javier Guerra.

La incorporación de Kimbrel supone un salto de calidad considerable en el bullpen de Boston. El recién llegado ejercerá como cerrador mientras que la dupla nipona Uehara-Tazawa se turnara en la octava. Ross Jr. ha demostrado ser un relevista correcto y se espera que Matt Barnes rinda como una primera ronda del draft tras una campaña decepcionante. En Layne los Red Sox tienen un gran brazo contra bateadores zurdos.

La gran incógnita es Joe Kelly. Había muchas esperanzas en él como abridor, pero el año pasado se desvanecieron todas. Su poderosa bola rápida le puede convertir en un buen relevista, y su experiencia previa como abridor le permitiría salir desde el bullpen y lanzar dos o tres entradas con facilidad.

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