El partido quedó reducido a lo que pasó en el último turno al bate de Ortiz. Pero el criterio de los árbitros a la hora de establecer la zona de strike no solo afectó a Big Papi, sino que volvió locos a todos los bateadores. Ya se ha dicho de todo sobre esta pólemica así que lo mejor será pasar del tema y centrarnos en lo deportivo.
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Ortiz se "come" al umpire. |
Porcello no estuvo en el nivel de excelencia de sus dos últimas aperturas, simplemente se limitó a cumplir con lo que se espera de él. Aguantó siete entradas y tuvo controlados a los bates de los Yankees. Quizás el único pero que se le puede poner es ese cuadrangular de Hicks en la séptima. Esto servía para que los del Bronx tomaran una ventaja de una carrera cuando Betances y Miller iban a empezar a trabajar.
El gran problema de los Red Sox fue no saber aprovechar los escenarios favorables en ataque. Hasta en dos ocasiones tuvo Boston las bases cargadas con un solo out y no sacó carreras en ninguna. También hubo un momento en el que con Vázquez en segunda y ningún bate eliminado no se consiguió contacto que permitiera movimiento entre bases. Las dos únicas anotaciones del equipo llegaron en el inició del partido con un doble homer de Ortiz.
Sábado 7 mayo. Red Sox 2-8 Yankees.
Un pitcher estrella no solo seca a la ofensiva rival, también le quita presión a su propio ataque. Los bates van más relajados al cajón cuando saben que el montículo ofrece garantías. Para esto los Red Sox trajeron a Price en la pasada agencia libre. El problema es que el zurdo no está respondiendo. Este duelo contra los Yankees fue especialmente dramático para él. Seis carreras, siete hits y tres bases por bolas en menos de cinco entradas.
Al mismo tiempo los bates se agarrotaban. Conocedora de que las aperturas de Price están siendo muy erráticas, la ofensiva de Boston se encogió. No mostró ninguna paciencia y además de no lograr ningún boleto solo le sacó a Eovaldi 107 lanzamientos en ocho entradas.
Los Yankees fueron un vendaval. Once hits y cuatro bases por bolas en treinta y dos turnos. Olieron la sangre en las dudas de Price y necesitados como están no desperdiciaron la ocasión de cebarse con el eterno rival. Hasta Headley y Gregorious se unieron a la fiesta.
Como anécdota decir que Bradley acumula una racha de trece partidos consecutivos consiguiendo al menos un imparable. Una noticia maravillosa si tenemos en cuenta que el principal debe del outfielder es su ofensiva.
Domingo 8 mayo. Red Sox 5-1 Yankees.
Hace unos años Steven Wright estuvo a punto de dejar el béisbol. Después de ser una segunda ronda del draft no progresó como se esperaba y el apelativo de bust empezó a susurrarse a sus espaldas. En 2010, ya desesperado, se decidió a lanzar knuckleballs. Este lanzamiento salvó su carrera.
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Wright y Ortiz evitaron la barrida. |
Wright se hizo enorme contra los Yankees. 106 lanzamientos le bastaron para aguantar las nueve entradas en el Bronx. Sus mariposas fueron una pesadilla para los Bombarderos. Solo cedió tres hits y una base por bolas al mismo tiempo que lograba siete ponches. Únicamente en la novena entrada, con el partido ya decidido, un cuadrangular de Gadner le robaba la blanqueada. Seis aperturas en 2016 y un ERA de 1.52 para el nudillero. Podemos decir que está aprovechando el hueco que la lesión de Rodríguez le dejó en la rotación.
El otro protagonista de la noche fue Ortiz. Sus dos homers le hacen sobrepasar a una leyenda de los Red Sox como Carl Yastrzemski. No fue Big Papi el único que bateo con poder. Solo a golpe de home run se pudo hacer daño a un buen Severino. Pedroia e incluso Bogaerts la mandaron a las gradas para evitar la barrida de los Yankees.
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